10 Abr Giacometti en el Museo del Prado
El 2 de abril se inauguraba la exposición “Giacometti en el Museo del Prado“, una de las que estaban ya programadas dentro del Bicentenario del museo. En esta ocasión cuentan con la colaboración de la Comunidad de Madrid y la Fondation Beyeler, así como la Embajada de Suiza y el Grupo Mirabaud. La figura de Giacometti fue una de las más influyentes en el arte europeo del siglo XX, y admiraba profundamente obras españolas ya en época de la Guerra Civil: él mismo visitó sus colecciones cuando estuvieron en Ginebra, con motivo de la exposición “Chefs-d’œuvre du Musée du Prado”, en el exilio de la Guerra Civil. Junto a estas obras, estaban pinturas de Durero, Rafael, Tintoretto, El Greco, Goya y Velázquez.
La comisaria de la exposición es Carmen Giménez, quien en palabras para el propio Prado ve la exposición como “un paseo póstumo” por las galerías del Prado. En total está compuesta por veinte obras, siendo dieciocho de ellas esculturas y dos pinturas al óleo sobre lienzo, que vienen de colecciones públicas y privadas nacionales e internacionales. Este paseo comienza en la sala de Las Meninas, prosigue frente a Carlos V en la batalla de Mülhberg y Lavatorio, acompaña al Greco y a la serie de Hércules de Zurbarán. En definitiva, vemos una obra contemporánea muy marcada en una clarísima contraposición con obras clásicas.
Y es que, enfrentadas a Las Meninas de Velázquez vemos una recreación de la Piazza de Giacometti, donde vemos dos grandes esculturas de mujeres, Mujers Grande III, Mujer Grande IV, el Hombre que camina II y Gran cabeza (las cuatro pertenecientes a la Fundación Beyeler) que miran hacia el interior de la sala, mientras que en la galería central es donde encontramos la parte más importante de la exposición, donde, en una comunicación interna frente al Lavatorio de Tintoretto, a quien Giacometti definía como “una cortina abierta sobre un mundo nuevo”, vemos las siete mujeres venecianas (una de ellas perteneciente a Alicia Koplowitz), Mujeres de Venecia, que participaron en la Bienal de Venecia en 1956. Asimismo, frente a Carlos V en la batalla de Mülhberg de Tiziano vemos un Carro (perteneciente a la Kunsthaus de Zúrich) con una mujer a sus riendas, y entre las obras de Rubens y Veronés vemos bustos de Eli Lotar y los dos óleos de la exposición, retratos de su hermano Diego y de Isaku Yanaihara (profesor de filosofía), en el hueco dejado por Sísifo y Ticio, dos furias de Tiziano. En la sala 19 vemos otra mujer, dándole la espalda a las obras del Greco, todas ellas bíblicas. Por último, los Hércules de Zurbarán se enfrenta efectivamente a La jambe de Giacometti.
Alberto Giacometti fue hijo de Giovanni Giacometti, artista impresionista. Se trasladó temprano a Ginebra a estudiar en la Academia de Bellas Artes, y posteriormente, en 1922, a París, con motivo de asistir a la Académie de la Grande Chaumière de Montparnasse, con Antoine Bourdelle como tutor. Aprendió cerca del cubismo, pero sus intereses oscilaron velozmente hacia el surrealismo que le caracteriza, aprendiendo y conociendo a Max Ernst, Pablo Picasso, Jean – Paul Sartre o André Breton.
En 1934 es ya un artista de pleno derecho, y rompe con el surrealismo al optar por el uso de un modelo para sus obras. Comienza a representar la realidad y a buscar inspiración en épocas y obras pasadas. Es en 1946 cuando llega al punto clímax de su éxito, y empieza a ser representado, de hecho, en el Museo del Prado. Es aquí cuando su arte se torna en formas más puramente humanas, como es más fácilmente identificable a día de hoy.
Y aún así hay una gran pregunta: Giacometti nunca visitó España, y por tanto, nunca tuvo lugar una presentación íntima entre él y el Museo del Prado que a día de hoy acoge esta exposición. ¿Por qué se ha optado por esta muestra en un momento tan importante como es el Bicentenario del Prado? Su director, Miguel Falomir, nos dice que “el Prado siempre ha mostrado interés por él [Giacometti]”, y así “mamó el arte que aquí se expone. Velázquez, Tintoretto, El Greco,…”. Por lo que se ha considerado óptimo realizar este increíble homenaje a una figura tan importante como es Alberto Giacometti, que puede visitarse hasta el 7 de julio.
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Especialista en pintura moderna, tasadora y perito. Graduada en Historia del Arte por la Universidad de Salamanca.
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