26 Abr De Nueva York a Pekín: la nueva ruta de la seda del arte
Paso a paso, China conquista posiciones. En menos de diez años, el gigante asiático ha adquirido talla suficiente como para alterar la predominancia occidental en el mercado del arte, aunque las ventas de 2018 se hayan hundido el doble (-15,6% en China) que en Occidente (-7,4%), en datos del informe sobre el estado del mercado del arte en 2018 elaborado al alimón por la consultora francesa ArtPrice y la china Atron.
Desde una perspectiva financiera, Asia Pacífico es el epicentro del flujo mundial de capitales. En lo cultural, un área extraordinariamente rica para la creación y el arte contemporáneo. Destaca su capacidad para mezclar diferentes géneros: su pintura y caligrafía clásicas, tan originales, interpretadas desde lo digital y a través de las técnicas más novedosas.
Pero para tomar impulso, en ocasiones hace falta dar algunos pasos hacia atrás. China ha abundado en 2018 la desaceleración que inició en 2015, con una caída del 12% mientras las casas de subastas mandarinas trataban de reducir su tasa de invendidos (54% en 2018 frente al 64% de 2017). El interés por los artículos caros se ha enfriado en 2018. El pasado año, solo 32 piezas, el 15,78% menos que el año anterior, se vendieron por 10 millones o más, 11 eran óleos y 21, caligrafías y pinturas. Por más de 50 millones de dólares se vendieron fueron Juin-Octobre 1985 de Zao WouKi, subastado por Sotheby’s Hong Kong por 67,5 millones de dólares y Su Shi´s Wood & Rock vendido por Christie’s Hong Kong por 62,4 millones de dólares. Este año no hay duda: la estrella del óleo contemporáneo fue Zao WouKi.
Comparte esta mirada la economista Clare McAndrews, quien en su último informe sobre el mercado mundial del arte para Art Basel considera improbable que China continúe creciendo al ritmo anterior. McAndrew señala que China tiene una de las tasas más altas de buy-ins (lotes no vendidos) en una subasta, con un 57% (con un promedio del 18% en el mercado de arte estadounidense, 27% en el Reino Unido). También encuentra que la lentitud y la falta de pago persisten como un problema para las galerías occidentales que hacen negocios con China continental. Pero un informe reciente de Standard Chartered coloca al gigante asiático por delante de Estados Unidos, como la mayor economía del mundo en 2020 y predice que seis de las mayores economías del mundo estarán en Asia en 2030, solo dentro de 11 años.
Un mercado geográfico extenso
El país asiático tiene además una ventaja natural: atesora un mercado (4.500 millones de dólares de facturación) extendido en términos geográficos y construido alrededor de cuatro polos principales: Beijing (45%), Hong Kong (29%), Shanghai (7%) y Guangzhou (6,7%). Esta estructura permite una ágil combinación del denso mercado interno del país con un mercado internacional muy activo. Los gigantes anglosajones Christie’s, Sotheby y Phillips tienen todos
Base en Hong Kong, pero las casas de subastas locales siguen siendo las únicas que reinan en la China continental. Pocas galerías occidentales se han instalado allí (nada más que Pace y Continua en Beijing, Perrotin en Shanghai).
Las chinas Poly Auctions, fundada en 2005, y China Guardian, en 1993, son ya la tercera y cuarta casas de subastas del mundo, después de Christie´s y Sotheby´s. A corto plazo, las obras chinas seguirán mandando, pero los hijos hablan idiomas y han estudiado en el extranjero, así que el arte occidental contemporáneo es cada vez más popular en las nuevas colecciones”, según ha informado Kejia Wu a El País, contra la tendencia patriótica a adquirir a golpe de talonario obras chinas en su mercado nacional pero fundamentalmente en el mercado exterior, lo que además ha inflado importantemente los precios.
A cambio, los coleccionistas chinos participan activamente en las prestigiosas subastas de Nueva York y Londres y contribuyen con buen músculo a la industria de los museos. En 2018, sin embargo, los postores chinos fueron relativamente discretos en las subastas occidentales.
Con todo, su enorme potencial hace ambicionar cifras mayores. El país se ha dotado en pocos años de una estructura cada vez más estable y atractiva. Lo interesante es que se sustenta por un lado en obras de arte tradicionales, especialmente pintura y caligrafía. Por el otro, vemos cada día más y más nombre de artistas chinos ocupando el top de artistas contemporáneos mejor vendidos. Zeng Fanzhi parece ya consolidado, y junto a él figuran otros nombres en los primeros puestos de la lista como Zhang Xiogang, Zhou Chunya, Luo Zhongli, Liu Wei, Liu Xiaodong o el polémico Ai Weiwei. Y además de estos ya asentados artistas, también vemos aparecer nuevos nombres como Wang Zhongjun, reconocido coleccionista y productor cinematográfico quien ha sorprendido apareciendo en el segundo puesto del top 15 de los nuevos artistas en subasta, junto con otros compatriotas suyos, entre quienes destaca Wang Yuyang, por su faceta más experimental, quien prefiere apostar por el uso de nuevas tecnologías en el ámbito artístico y abandonar la seguridad de la pintura a la tinta y la caligrafía.
Una pica en China
Londres y Nueva York dominan la industria occidental con una cuota del 98% sobre sus respectivos mercados nacionales. Por el momento, Londres controla el mapa europeo pero el magnetismo de Manhattan amenaza con también invadir el Viejo Continente.
Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, América ha colocado sus artistas en cada esquina comercial del mundo y muchos de ellos están generando cifras importantes simultáneamente en distintas plazas. Después de haber puesto una pica en Londres y Nueva York, entran al mercado asiático, vía Hong Kong, por supuesto, y en ocasiones, Seúl.
Para ilustrar esta nueva dinámica, el informe de Artprice pone un ejemplo meridiano: el mejor resultado de una obra de Louise Bourgeois en subasta tiene el matasello de Hong Kong: 8,6 millones de dólares por una estatua de bronce de dos metros. Aún más significativo: el artista callejero Kaws, que goza de una extraordinaria demanda internacional, obtuvo sus 21 mejores resultados en Nueva York, Londres, Hong Kong y Seúl.
Inminente boom del arte contemporáneo
Pese a que el arte contemporáneo registra cifras bastante inferiores a las ventas de caligrafía y pintura clásicas, una nueva generación de coleccionistas jóvenes en China, familiarizados con las tendencias occidentales, hace augurar un pronto boom de lo contemporáneo en el gigante asiático.
El pasado marzo, Art Basel Hong Kong celebró su sexta edición. A finales del mismo mes, Artprice se instaló allí bajo de la mano de Artron. China busca la primera línea. Y es que en el país del Sol naciente los más jóvenes están marcando la diferencia. Pese al relativo monopolio del arte antiguo, son ellos quienes compran firmas occidentales de ambos periodos: antiguo y contemporáneo.
El comportamiento de estas nuevas generaciones lleva a Kejia Wu, columnista de The Financial Times China y experta en el mercado de arte, a aventurar un periodo dorado del arte contemporáneo en China. “Las firmas chinas de subastas ampliarán sus actividades para atraer al público occidental y habrá una mayor colaboración entre el arte, la moda, el diseño y la tecnología, al tiempo que en el país aumentará la presencia de museos e instituciones artísticas occidentales”, pronostica la experta.
Art Market Bloggers:
Marta Molina
Marta Molina es periodista especializada en Economía y una apasionada amante del arte.
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