¿Y si Banksy fuera una mujer?

No cabe duda de que Banksy es uno de los artistas más cotizados de nuestros tiempos. Y parte de su arte y su creatividad pasa por no haber mostrado nunca su rostro al gran público. Todo un misterio convertido en icono que ha sabido encontrar su nicho en la universalidad del acceso a la cultura, plasmado en una obra que llena las paredes de crítica social y genialidad. Juntas las dos. Siempre juntas.

Su obra ha sido representada por lo largo y ancho del planeta. Desde Londres hasta Nueva York, pasando por Cisjordania o Chiapas, su irónico trabajo ha conmovido no sólo a jóvenes grafiteros, trascendiendo la cultura suburbana para convertirse en uno de los grandes adorados por el establishment, que desmonta paredes, puertas, coches, y todos aquellos lugares susceptibles de ser trasladados donde decide plasmarla. Una obra que, por cierto, es de las más valoradas de la Historia.

Sus técnicas pictóricas son ciertamente particulares. Más allá del clásico bote de spray,  Banksy se sirve a menudo del stencil, una plantilla que delimita el espacio y la forma que quieres plasmar, acortando los tiempos a la hora de realizar las representaciones. Algo de vital importancia si tenemos en cuenta que mantener su anonimato pasa también por evitar cualquier tipo de consecuencia legal a la hora de realizar su trabajo artístico.

Sin embargo, con el tiempo su obra ha ido evolucionando hacia formas más complejas. En Octubre de 2011 lleva a cabo ‘Sirens of the lambs’, consistente en un camión de transporte de animales para consumo de carne que paseó peluches por las calles de Nueva York.  Con ‘Dismaland’ (2015) Banksy construyó un auténtico parque de atracciones ‘inadecuado para niños’, obra para la que contó con la colaboración de otros cincuenta y ocho artistas. Diez años antes ya había conseguido colocar de forma ilegal su obra en algunos de los museos más importantes del mundo, tales como el Metropolitan, el MoMa, el Museo de Historia Natural, y el Museo de Brooklyn.

Pero, ¿quién está detrás de esa firma tan cotizada? Parte de la magia de su obra reside en el misterio, y que sea uno de los artistas más caros y desconocidos de todos los tiempos ayuda a engordar la fama de quien, en un principio y hasta ahora, se piensa que es un hombre. Pero, ¿y si Banksy fuera una mujer?

Son muchas las teorías que han tratado de destapar su auténtica identidad. Muchos los periodistas que le han seguido la pista. Muchas las veces que se ha extendido el falso rumor de que había sido detenido. Muchos los que opinan que es materialmente imposible que una sola persona esté detrás de todo esto. Lo que nadie ha parecido plantearse jamás (salvo contadas excepciones) es que unas representaciones artísticas tan subversivas, de tan alta calidad, tan creativas y, en definitiva, tan llenas de sentido en estos tiempos que corren, pudieran haber salido de las manos de una mujer.

Así, una de las primeras teorías en salir a la luz señaló a Robert del Naja, integrante de Massive Attack, debido a la similitud entre las fechas y lugares en los que la banda daba sus conciertos y la aparición de las obras de Banksy. Posteriormente la BBC de Londres señalaba a un varón inglés de cuarenta y dos años, hipótesis que fue refutada por Spencer Chainey, un prestigioso criminólogo. Por último (y como muchos consideran), algunas voces han señalado que Banksy no es sino un grupo de personas organizadas que plasman su obra de forma uniforme por todo el globo. Entre los pocos que se han atrevido a apuntar a una mujer, está el periodista Simon Hattenstone, que tras reunirse con Banksy en un pub afirmó que no era ni más ni menos que un grupo de siete personas encabezados por ella. Su colega Chris Healey, que le acompañó en aquella ocasión, sentenciaba: ‘Nadie puede encontrar a Banksy, ya que están buscando, o más bien asumiendo, que Banksy es un hombre’.

Sin lugar a dudas, esta afirmación sintetiza el todo. Desde que Banksy salió a la luz, los medios de comunicación en general, y el mundo del arte en particular, lo trataron como si fuera un hombre. Todo el mundo asumió, es decir, dio por hecho, que detrás de esos murales que se extendían incontrolables metiendo siempre el dedo en la llaga, había una figura masculina. Y sí, es cierto: Banksy no tiene por qué ser una mujer. Pero que casi nadie, nunca, jamás, se lo haya planteado siquiera, que todos dieran por hecho desde el primer momento que, efectivamente, no lo era, solo demuestra el gran camino que tenemos por delante.

Art Market Guest Bloggers.

 

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