Recuerdos del pasado: cómo encontrar una obra perdida en “Stuart Little”

En el año 2014 se realizó uno de los hallazgos más llamativos de la historia del arte más reciente. Mujer dormida con jarrón negro (64 x 87 cm, 1927-28), una obra de Robert Berény (1887 – 1953) desapareció en el año 1928 del panorama público, y fue hallada casi 75 años más tarde, en 2009, por Gergely Barki, un historiador que precisamente buscaba esa y otras obras maestras que se habían perdido a lo largo del siglo XX. Barki se encontraba viendo la película Stuart Little con su hija pequeña, cuando de pronto la sorpresa al ver la obra aparecer en la película fue tan grande que casi se le cae la niña de los brazos.

La película narra la historia de un pequeño ratoncillo blanco que vive entre los humanos, fue dirigida por Rob Minkoff, coescrita por M. Night Shyamalan (El sexto sentido), producida por Columbia y Sony e interpretada por Hugh Laurie y Geena Davis. Había nociones de la obra, a nivel fotográfico y escrito, pero se daba por desaparecida desde prácticamente su creación, aunque se achacaba a la destrucción del taller de Berény durante la Segunda Guerra Mundial: no había registros de compra de la obra, por lo que se consideró que había sido destruida en el bombardeo.

El cuadro había sido comprado por apenas 500 dólares en una tienda de segunda mano por una ayudante de decoración del largometraje. La obra es un expresivo óleo, y el autor, miembro del grupo de Los Ocho, el grupo que introdujo en Hungría el movimiento expresionista.  Una vez se encontró, salió a subasta en la galería Virág Judit de Budapest, donde previamente se expuso para disfrute del público. “No podía creerlo” explica Barki en declaraciones en el vídeo de la casa de subastas. “Allí estaba el cuadro de Bereny, detrás de los actores”.

El historiador había tenido la oportunidad de estudiar una fotografía de mala calidad y en blanco y negro del catálogo de la exposición en la que la obra participó en el año 1928. Acto seguido comenzó una férrea investigación para corroborar la veracidad de su hallazgo y la autenticidad de la obra. Una de las decoradoras de la película le contestó finalmente que lo había comprado en una casa de materiales de segunda mano de La Jolla (California), porque le pareció adecuado para la ambientación de la película, en cierta manera atemporal pero con notable sentimiento avant-garde. Actualmente se considera que fue comprado en la exposición de 1928, y que por algún motivo no se registró dicha venta. La persona que lo adquirió probablemente fuese de origen judío, y huyese del país al comienzo de la guerra. Después de la película fue vendido a un coleccionista privado, del que no ha trascendido su identidad, que posteriormente lo puso en venta en subasta por 11.000€.

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