Miguel Ángel, un genio encarnado

Miguel Ángel, un genio encarnado

Miguel Ángel Buonarroti nació en Caprese en 1475. Fue un escultor, pintor y arquitecto procedente de Italia, llevando las tres artes a un nivel extraordinario a lo largo de más de setenta años de trabajo. Se le denominó como un artista terrible, debido al genio que poseía, con mucha fuerza física, intensidad emocional y muchísima creatividad.

Comenzó sus estudios de pintura en el taller de Doménico Ghirlandaio, realizando copias de Giotto y de Masaccio. Aprendió escultura en el jardín de los Medici, con una colección de estatuas antiguas que poseía la familia para la educación de sus artistas. Desde Florencia se trasladó a Roma, donde le fueron encargadas dos obras: una de ellas, la Piedad, le hizo famoso en la ciudad vaticana. Para entonces ya era un maestro de la técnica escultórica.

Miguel Ángel

BUONARROTI, MIGUEL ÁNGEL. Piedad. Escultura en mármol de Carrara.

Vuelve a Florencia cinco años después, donde realiza el David, la imponente escultura de cuatro metros que a día de hoy representa los valores del humanismo renacentista. En 1505 estaba trabajando en la Batalla de Cascina, un lienzo para el Palazzo Vecchio, cuando fue reclamado por el Papa Julio II para que esculpiera su mausoleo. Fue sumamente trabajoso, duró hasta 1545, y pese a esto solo pudo terminar tres estatuas de las que inicialmente planteadas: Moisés y dos figuras de esclavos, dejando después varios esclavos a medio realizar.

Si bien Miguel Ángel fue pintor, escultor y arquitecto, la faceta que él mismo más valoraba era la de escultor. Cuando Julio II, de nuevo, le pidió que hiciese un parón en la realización de su tumba para decorar el techo de la Capilla Sixtina, Miguel Ángel no quiso aceptarlo. Por motivos obvios hubo de ceder, y aunque él la realizó a regañadientes, a día de hoy se considera su más maravillosa creación. En 1516 realizó un breve viaje a Florencia, donde realizó el proyecto de la Biblioteca Laurenciana y la capilla Medicea de la iglesia de San Lorenzo.

Miguel Ángel

BUONARROTI, MIGUEL ÁNGEL. Frescos de la Capilla Sixtina.

Desde 1534 no abandonó Roma, y terminó el Juicio Final de la Sixtina, supervisando también las obras de la nueva basílica de San Pedro. Al tiempo, terminó con éxito el Palacio Farnese. Falleció en 1564.

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