12 Feb Oriol Sàbat
Oriol Sàbat (Barcelona, 1967) fue un joven talento desde pequeño. Sus estudios comenzaron por el dibujo en la academia “El taller”, situada en la plaza Urquinaona de Barcelona en 1980, con trece años. Terminó por licenciarse en Bellas Artes en la Universidad de Barcelona en el año 1991, y desde entonces ha tratado con varias de las grandes artes: pintura, escultura, cerámica y grabado. Posee, además, un gran plantel de exposiciones a sus espaldas, tanto individuales como colectivas, en galerías e instituciones tanto públicas como privadas. Más aún, no solo se limita a las artes plásticas, las entendidas como Bellas Artes, si no que es también un escritor portentoso, en poesía y ensayo, siendo miembro de la Asociación Colegial de Escritores de Cataluña (ACEC). Ha recibido varios premios, entre ellos el Premio Nacional Juan Ramón Masoliver.
En cuanto a su obra, genera un vínculo armónico entre el hombre, que él mismo representa, el arte, su pasión, y la naturaleza como elemento principal en su obra y sus composiciones, aunque el propio Oriol asegura que sus raíces se encuentran en Miguel Ángel y su trato de la expresividad, la concreción trágica de Goya, la simplificación simbólica de Miró o Tàpies, o los románticos, como Blake y Turner. Mantiene una intachable fidelidad a las formas y la expresión, tomando como origen los fenómenos naturales más imponentes, como son las llamas, erupciones y grandes paisajes al estilo profético, pero especialmente en lo más inicial y primigenio que posee la naturaleza, que es la tierra, el agua, el aire y el fuego.
Aúna estos elementos en un entorno de abandono y caos, generando para Sàbat un ecosistema artístico dentro de su lienzo que le permite modificar y controlar a su antojo, haciendo de esto un combate permanente entre sus composiciones. Siempre tiende al uso de los tonos cálidos, acorde a esta creación de la naturaleza que realiza en sus obras pictóricas. Responde a una concepción que se inclina hacia la búsqueda de algo más allá del arte, mediante una base figurativa que se impregna de espiritualidad, pues para él la verdad es invisible a la mera observación.
“Da la sensación de que la obra del artista es como una llamarada. […] Aunque el fuego también hace referencia a la luz, a la espiritualidad que ilumina las sombras, al conocimiento, este elemento expresa el ideal de artista. Y este ideal no es otro que el creador como un revelador de imágenes ocultas en la oscuridad. Así el artista, así la llama: el fuego es la energía de la pintura de Sàbat.” Jaume Vidal Oliveras.
Fuente: Jaume Vidal Oliveras, Arte y Parte, # 74, 2008
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Especialista en pintura moderna, tasadora y perito. Graduada en Historia del Arte por la Universidad de Salamanca.
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