Edgar Degas: el pintor de la vida moderna

 

El impresionismo es a día de hoy una de las etapas más fascinantes de la Historia del Arte y la más estimada por el público. Así lo demuestran las múltiples exposiciones que se han realizado en los últimos años, donde las obras de Edgar Degas, Gauguin o Claude Monet son las protagonistas, y los récords en las ventas de sus cuadros. En este artículo nos centraremos en la figura de Edgar Degas (1834-1917), al tratarse de uno de los representantes de la pintura impresionista y uno de los artistas más conocidos del movimiento.

 

Breve biografía de Edgar Degas

 

Degas abandonó sus estudios de Derecho en la Sorbona para dedicarse exclusivamente a la pintura. Procedente de una familia aristocrática parisina, en 1855 entró en el taller de Louis Lamothe, un discípulo de Ingres, donde adquirió una formación académica brillante. Entre 1856 y 1859 realizó viajes por Italia estudiando a los maestros renacentistas. A su regreso a París, ciudad en la que residió para siempre, se dedicó a representar temas de la vida moderna parisina.

 

 

Obra de Edgar Degas

Degas estuvo vinculado al grupo impresionista pero siempre se consideró, en cierto modo, antiimpresionista. Se veía a sí mismo como un pintor realista o naturalista, dada la formación en el dibujo que tuvo en el taller de Louis Lamothe. Por otro lado, se centró en el estudio del cuerpo humano y nunca se interesó por la pintura de paisaje o al aire libre. No deseaba trabajar de manera espontánea, sino de forma más consciente y controlada. Sin embargo, también realizó paisajes al pastel y ocasionalmente estudios de paisajes o cuadros de carreras de caballos.

Tampoco mostró interés en captar las condiciones atmosféricas cambiantes, como sus colegas del movimiento. Sin embargo, sí es cierto que compartía con ellos la influencia de las nuevas técnicas fotográficas, en definidas cuentas, la captación del movimiento. Así, en 1862, el artista representó una carrera de caballos mediante un remarcado ritmo de manchas de color.

 

Degas pintó en Florencia a finales de 1858 La familia Bellelli, considerada la obra maestra más temprana del impresionismo. Con tan solo 24 años, el artista ya lograba representar los aspectos psíquicos de los retratados. Se decidió por una composición inusual y por lo tanto muy llamativa. En aquel momento, no era racional ubicar al padre de familia en un extremo del cuadro, mientras que las mujeres ocupan la parte central y en posturas tan naturales. Del mismo modo, llama la atención las miradas de expresión fría y la superficialidad de las interrelaciones humanas de los personajes.

 

Estilo y técnica

El artista aportó una original invención compositiva eliminando el encuadre tradicional y sustituyéndolo por una composición descentrada, dominada por las nuevas leyes de la instantaneidad. Su mirada de artista percibía posturas extrañas e inestables que no dudaba en representar en sus cuadros. Además, la luz natural no le interesaba, por lo que experimentaba con los efectos de la luz artificial.

En cuanto a la técnica utilizada por el artista, utilizó cada vez con más frecuencia la técnica del pastel. El pastel le permitía plasmar una impresión vaporosa y fugaz. Junto a su amigo químico Luigi Chialiva, Degas descubrió un fijador que convertía la tiza en imborrable.

 

Temática: las bailarinas de Degas

Degas, mientras copiaba a los grandes maestros italianos, realizaba una programa para la representación impresionista de la vida contemporánea. Comenzó sus notas en 1859 pero no fueron publicadas hasta 1921. Estas notas, contenían una lista de temas que era necesario estudiar: músicos, locomotoras, humo de cigarrillos, bailarinas… todo ello, aparece más tarde en su obra. Los primeros lienzos que dedicó a los temas de la vida moderna también hicieron que la modernidad contagiara su ejecución. Como ya hemos comentado, utilizaba puntos de vista y composiciones inusuales. Músicos en la orquesta, es una de estas representaciones.

 

El artista cultivó los temas relacionados con la realidad urbana de su entorno, temática que trabajaron todos los artistas del movimiento. Teatros, cafés, conciertos, fueron temas representados constantemente en sus obras. Sin embargo, si por algo es conocido el artista, es por sus variaciones sobre un mismo tema: las bailarinas. El interés del artista se dirigió primordialmente hacia las escenas de danza y sus preparativos en las salas de ensayo. En estas representaciones, intentó captar el movimiento de las bailarinas de la forma más natural posible, casi como una fotografía.

 

En la segunda mitad de la década de los 70, Degas trabajó intensamente en la pintura de retratos realistas y psicológicamente exactos. También trabajó los reflejos de la luz y los diferentes tonos de los colores. Del mismo modo, manifestó interés por nuevos motivos y composiciones. Mujer con crisantemos, es el primer ejemplo de retrato donde la figura está drásticamente desplazada del centro. 48 Degas intentaba captar siempre un momento fugaz para cada retrato. La novedad en estos cuadros influenció en algunos artistas del movimiento, entre ellos Edward Manet.

 

En esta época, y algo que era poco habitual en su obra al no salir de sus fronteras sociales, Degas empezó a pintar un tema con gran frecuencia: las planchadoras. La sociedad de la época y las representaciones que había hasta el momento, las mostraban como mujeres “livianas”, que por falta de recursos se veían obligadas a prostituirse. Sin embargo, Degas aporta un ambiente mucho más cálido a esta representación. La Planchadora, es un retrato conmovedor y finamente ejecutado con tonos blancos, grises y rosas pálidos.

 

Vídeo Pintura Impresionista ¿qué es?

 

Conoce un poco más el movimiento impresionista con este vídeo:

 

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