08 Dic Una pintura virreinal de Juan Correa destaca Subastas Alcalá

Alcalá Subastas cierra el año de ventas de arte con su tradicional subasta de diciembre, los días 17 y 18 de este mes desde las 17.30 los amantes del arte podrán pujar por obras pictóricas, esculturas, artes decorativas, joyas y relojes. En este artículo repasamos los objetos más relevantes de esta cita invernal.

Alcalá Subastas: catálogo diciembre 2025

Iniciamos el repaso al catálogo, la pintura antigua vuelve a brillar en un año en el que se pagaron 275.000 euros en esta sala por la obra  El Sueño de Venus y Cupido firmado por Constance Mayer, con una más que posible intervención del maestro  Prud’hon. También la pintura virreinal, atentos a la obra de Juan Correa ( recordemos la subida a 75.000 euros de la obraVirgen de Guadalupe con una guirnalda de flores en esta misma sala de ventas), en cambio de siglo no suelen faltar obras de Romero de Torres, en esta ocasión un retrato de una famosa cupletista, y en el arte contemporáneo sobresalen Miró, Francisco Bores y más reciente, Secundino Hernández. Los amantes de la alta joyería y las artes decorativas encontrarán también objetos de alta calidad en este catálogo.

Pintura antigua 

 

De Juan de la Corte, (c. 1597-1660), artista flamenco afincado en Madrid, es reconocido por sus paisajes y, especialmente, por sus detalladas y escenográficas escenas cortesanas,  se ofrece  un óleo sobre lienzo que describe la Dieta de Augsburgo. Esta obra revela a un maestro de la perspectiva arquitectónica que logra combinar el rigor narrativo con un exquisito sentido decorativo.La pintura de De la Corte es un testimonio de su clara influencia flamenca, perceptible en la exactitud del dibujo y la riqueza ornamental. Destacamos también un retrato de San Bartolomé, del artista italiano Bartolomeo Cavarozzi, se trata de otro óleo en lienzo con una impecable procedencia. En el catálogo se describe así:

Esta obra representa al apóstol San Bartolomé en una composición de medio cuerpo, capturado en una pose introspectiva y meditativa, con la mirada dirigida hacia abajo y el rostro marcado por arrugas profundas que transmiten una intensa carga emocional y devocional. En su mano derecha sostiene un cuchillo grande y afilado, símbolo icónico de su martirio (fue desollado vivo), mientras que su vestimenta consiste en una túnica roja intensa cubierta por un manto grisáceo que cae en pliegues geométricos y voluminosos, creando un efecto de profundidad y realismo táctil. El estilo caravaggesco del pintor se evidencia en el hiperrealismo de los detalles anatómicos —como la piel arrugada, la barba canosa y las venas visibles en las manos—, el uso dramático del claroscuro para resaltar volúmenes y sombras profundas contra un fondo neutro y oscuro, y la textura aterciopelada de los tejidos, con una materialidad palpable que denota la maestría de Cavarozzi en la representación de superficies.

De  Juan Correa, figura cumbre de la pintura virreinal novohispana junto a Cristóbal de Villalpando, se presenta una obra inédita y de notable calidad, está firmada por el artista (“Juan Correa, ft”), se distingue por la fineza de su factura y un excelente estado de conservación.La escena, basada en los evangelios apócrifos, representa el momento en que José es elegido esposo de María tras el milagro de que su vara brotase o hiciera surgir una paloma. El lienzo sigue la iconografía tradicional hispano-novohispana. Esta obra es relevante porque esta temática fue recurrente para Correa (con versiones conocidas en el Museo de Antequera y en Montreal) y otros grandes virreinales (Villalpando, López de Arteaga), haciendo de esta pieza una adquisición fundamental para coleccionistas de la pintura del barroco americano.

Seguimos con una obra del destacado pintor filipino Juan Arzeo,  activo durante la primera mitad del siglo XIX  fue el retratista oficial de la administración colonial y eclesiástica. La obra, probablemente realizada entre 1832 y 1840, capta al Obispo Gómez Marañón en la cumbre de su relevancia pública. La obra pertenece al género de retrato institucional de dignatarios eclesiásticos, con una función conmemorativa y representativa. Este lienzo ofrece una ventana excepcional al arte del retrato filipino del siglo XIX y a la consolidación de la identidad del poder colonial.

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¡Excelente! Aquí tiene el resumen del texto, con el formato y el enfoque de un catálogo de subasta, destacando su procedencia e importancia histórica potencial:

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Avanzando en el catálogo encontramos importante lienzo firmado y fechado en 1659 por el maestro madrileño José Jiménez Donoso. Esta obra, recientemente localizada tras haber permanecido en una colección privada española, tiene una trascendencia histórica excepcional ya que podría corresponder a una de las pinturas más relevantes de la carrera temprana del artista.El historiador Ismael Gutiérrez Pastor señala que el lienzo de Donoso, tras presidir el retablo mayor del Oratorio de la Puerta del Ángel, fue probablemente trasladado en 1660 a la Casa Profesa de la Compañía de Jesús. Ponz lo ubicaría finalmente colgado en el muro de los pies de la iglesia de la Casa Profesa tras el traslado definitivo de los oratorianos en 1767. Este lienzo no solo es una obra firmada y fechada del Barroco español, sino que su reciente reaparición permite identificar una pieza clave para la historiografía de Donoso y la reconstrucción del patrimonio del Oratorio de San Felipe Neri de Madrid.

Cerramos la sección de Pintura Antigua con una miniatura inédita y firmada por Abraham-Louis Girardet, pintor y grabador suizo activo en París, conocido por sus trabajos de carácter histórico y satírico. Esta miniatura es un raro y fascinante ejemplo de la alegoría crítica napoleónica, donde la exaltación de los símbolos imperiales se utiliza con un tono escéptico y humorístico para exponer la inestabilidad económica y la fragilidad humana ante el azar político. Su condición de obra inédita y firmada la convierte en una pieza clave para el coleccionismo especializado en el arte político y satírico de la época.

 

Pintura cambio de siglo

Encantador retrato de Marichú Begoña, conocida como Mimí, una figura representativa de la modernidad femenina en la España de los años veinte. La obra es un magnífico ejemplo del interés constante de Julio Romero de Torres por las artistas, cupletistas y bailaoras, quienes encarnaban el carisma y la fuerza escénica que tanto atraían al pintor.Mimí no solo fue retratada en esta ocasión, sino que fue la modelo para la importante obra de Romero de Torres, Diana, hoy exhibida en el Museo Julio Romero de Torres de Córdoba.El impacto de Marichú Begoña en el taller del artista quedó inmortalizado por el poeta y dramaturgo Manuel Machado, quien le dedicó un poema, destacando la belleza de su cabello rubio:

“Una tarde impresionista, / en el taller de un artista / vi a Mimí, débil y rubia, / desnuda, bajo la lluvia / de su cabello de oro, / que era todo su tesoro…”

 

 

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