Una hora en el Museo del Prado

Una de las visitas imperdibles de Madrid es el Museo del Prado. Como todos los grandes Museos Nacionales, su colección permanente es numerosa, y visitarla por completo durante el trasiego de unos breves días en la capital, o incluso como madrileño sin mucho tiempo que invertir en el arte, puede hacerse cuesta arriba. No solo es la falta de tiempo: el arte puede gustarte pero no tanto como para querer ver todas y cada una de las salas del Museo, e incluso puede resultar algo agobiante hacer una criba de sus obras sin unos conocimientos extensos del mundo del arte.

Por estas razones, el Museo tiene planteadas visitas de una y dos horas, con una selección de quince y treinta, respectivamente, obras recomendadas para una visita breve, condensada y sin perderse lo más esencial. Analizamos aquí la visita de una hora:

1. La Crucifixión, Juan de Flandes.

Museo del Prado

FLANDES, JUAN DE. La Crucifixión. Óleo sobre tabla. 1509 – 1519. 123 x 169 cm. Sala 057.

Fechado entre 1509 y 1519, es un óleo sobre tabla de 123 x 169 cm. Planteado para la catedral de Palencia, concretamente para la calle central del banco del retablo mayor. Estos datos, antaño una incógnita, se han descubierto gracias al estudio realizado sobre la documentación de la catedral palentina, que nos ha aportado también el nombre de su autor, Juan de Flandes. Esta tabla fue vendida por el cabildo en el año 1944, después de conformar parte del retablo mayor, realizado por Felipe Bigarny y Pedro de Guadalupe. Juan de Flandes participó como pintor, después de su consideración como pintor de corte de Isabel la Católica. Se cree que su participación fue crucial, y que incluso llegó a trasladar su taller desde Salamanca a Palencia, debido a la importancia que contrae el contrato entre Flandes y el obispo Fonseca, de 19 de diciembre de 1509, para realizar once pinturas destinadas al retablo. Esta tabla en concreto se corresponde con la tipología iconográfica de gran espectáculo, de formato apaisados y que destaca las figuras mayores: un Cristo de tres clavos en primera instancia, heredado de tipos flamencos como Memling, van der Weyden y los van Eyck. Se encuentra en la sala 057.

2. El caballero de la mano en el pecho, El Greco.

Museo del Prado

EL GRECO. El caballero de la mano en el pecho. Óleo sobre lienzo. 1580 aprox. 81,1 x 66,1 cm. Sala 008B.

Realizado en torno a 1580, es un óleo sobre lienzo de 81,1 x 66,1 cm. Es un retrato que perteneció a las Colecciones Reales desde su donación por la duquesa del Arco a la muerte de su esposo, quien fue montero mayor de Felipe V. Junto con este se encontraban otros seis retratos de caballeros pintados por El Greco. Ha sido una obra muy conocida y polémica a raíz de su restauración reciente, en la cual la limpieza del barniz dejó a la vista un fondo claro y diáfano, nada que ver con el fondo oscuro característico de la obra. Dicha restauración llevó a un proceso judicial para esclarecer lo ocurrido, y si realmente tan solo se retiró el barniz y se procedió a una limpieza al uso o se eliminaron, de forma inconsciente o por error, capas pictóricas originales de la obra. A día de hoy es una visita obligada en el Museo, pues no cabe lugar a duda de que se trata de uno de los mejores ejemplos de los retratos de la época. Se encuentra en la sala 008B.

3. Las Meninas, Diego de Velázquez.

Museo del Prado

VELÁZQUEZ, DIEGO DE. Las Meninas. Óleo sobre lienzo. 1656. 320,5 x 281,5 cm. Sala 012.

Realizado en 1656, es un óleo sobre lienzo de 320,5 x 281,5 cm. Nos encontramos ante la que es, con toda probabilidad, la composición más compleja del pintor de cámara de Felipe IV. Es una obra maestra, y fue pintada en el Cuarto del Príncipe del Alcázar madrileño, identificando además a todos los componentes de la anticlásica obra. Aparece la infanta Margarita, con doña María Agustina Sarmiento y doña Isabel de Velasco, los enanos Mari Bárbola y Nicolasito Pertusato, doña Marcela de Ulloa, José Nieto, y reflejados como supuestos objetos de la obra que Velázquez está pintando, Felipe IV y Mariana de Austria. Es un grandioso ejemplo de pintura de historia, y muestra las diferentes realidades de la vida de palacio fuera de los habituales retratos de los reyes españoles, en una clara obra maestra de Velázquez. Se encuentra en la sala 012.

4. El sueño de Jacob, José de Ribera.

Museo del Prado

RIBERA, JOSÉ DE. El sueño de Jacob. Óleo sobre lienzo. 1639. 179 x 233 cm. Sala 009.

Se realizó en 1639, es un óleo sobre lienzo de 179 x 233 cm. Retrata el sueño de Jacob, patriarca de la religión cristiana. Se encuentra recostado en el brazo izquierdo, tal y como relata el libro bíblico del Génesis, y a su espalda podemos ver la escalera por la que suben y bajan los ángeles. Ribera trata el tema, fundamentalmente metafórico e iconográfico, desde una perspectiva terrenal apoyada por la solidez del paisaje y del personaje. Estuvo en poder de don Jerónimo de la Torre hasta el año 1718, apareciendo de nuevo en 1746 en la colección de Isabel de Farnesio, aunque atribuido por aquel entonces a Murillo. Se encuentra en la sala 009.

5. El 3 de mayo en Madrid, Francisco de Goya.

Museo del Prado

GOYA, FRANCISCO DE. El 3 de mayo en Madrid. Óleo sobre lienzo. 1814. 268 x 347 cm. Sala 064.

También conocido como Los Fusilamientos del 3 de mayo, fue realizado en 1814, es un óleo sobre lienzo y mide 268 x 347 cm. Fernando VII volvió a España tras el fin de la guerra de la Independencia y la firma del Tratado de Valençay, habiéndose jurado ya la Constitución de 1812. Estas obras se realizaron coincidiendo con el regreso del rey, conmemorando el aniversario del alzamiento del 2 y 3 de mayo de Madrid en 1808 contra la ocupación francesa. Si bien en un primer momento se creía que ambos lienzos iban a ser presentados en las calles de la capital, un estudio posterior demostró que en ningún lugar del planteamiento de dichas celebraciones tenían cabida estas obras. Fue el propio Goya el que propuso la realización de estas dos obras, la que nos atañe y la conocida como El 2 de mayo en MadridLa lucha con los mamelucos, y parece que en su interior esconden referencias al heroísmo del pueblo madrileño en la lucha por la Corona, que después Fernando VII deshonró derogando la Constitución y ralentizando todo el proceso. Se encuentra en la sala 064.

6. La Anunciación, Fra Angélico.

Museo del Prado

FRA ANGÉLICO. La Anunciación. Témpera sobre tabla. 1425 – 1426. 190,3 x 191,5 cm.

Realizada entre 1425 y 1426, en témpera sobre tabla y con medidas de 190,3 x 191,5 cm. Se encuentra entre las primeras obras del artista de las que tenemos constancia, ya dentro de su periodo como dominico (realmente bajo el nombre de Fra Giovanni de Fiesole). Estaba destinada al convento de Santo Domingo de Fiesole, y encargada por Angelo di Zanobi di Taddeo Gaddi. Durante años fue considerada una reinvención de La Anunciación de da Cortona, aunque ahora sabemos que es obra original del artista, influenciado por otros de la talla de Brunelleschi y Masaccio. En la predela muestra diferentes escenas de la vida de la Virgen, y obedece a los consejos de Brunelleschi para los marcos sobrios y sin adornar.

7. El cardenal, Rafael Sanzio.

Museo del Prado

SANZIO, RAFAEL. El Cardenal. Óleo sobre tabla. 1510 – 1511. 79 x 61 cm. Sala 049.

Realizado entre 1510 y 1511, es un óleo sobre tabla de 79 x 61 cm. En un primer momento se creía que el retratado era Antonio Granvela, pero con la atribución de la obra a Rafael quedó clara la imposibilidad de esta opción. Actualmente se considera a Bendinello Suardi (ya habría sido retratado por Sebastiano del Piombo) o Francesco Alidosi (principalmente por la similitud física). La tonalidad y la capacidad de emular las telas a una edad tan temprana se debería a la influencia de, entre otros pintores venecianos, Lorenzo Lotto. Se encuentra en la sala 049.

8. Carlos V en la batalla de Mülhberg, Tiziano.

Museo del Prado

TIZIANO. Carlos V en la batalla de Mülhberg. Óleo sobre lienzo. 1548. 335 x 283 cm. Sala 027.

Realizado en 1548, es un óleo sobre lienzo de 335 x 283 cm. Conmemora la victoria del emperador Carlos V en dicha batalla, y aparece con su armadura de gala ligera, realizada por Desiderius Helmschmid en 1545. Como bien dijo Panofsky en su día, esta representación señala la concepción que el emperador tenía de sí mismo: heredero de la tradición romana y, al mismo tiempo, su posición como miles christianus. Iconográficamente, este retrato es uno de los más interesantes de su tiempo. Sus referentes se ubican en obras clásicas, como Marco Aurelio ecuestre o el arte de Alberto Durero. Se encuentra en la sala 027.

9. La Inmaculada Concepción, Giambattista Tiépolo.

Museo del Prado

TIÉPOLO, GIAMBATTISTA. Inmaculada Concepción. Óleo sobre lienzo. 1767 – 1769. 281 x 155 cm. Sala 019.

Realizado entre 1767 y 1769, es un óleo sobre lienzo de 281 x 155 cm. Esta representación obedece a los cánones típicos de la iconografía religiosa, mostrando a la Virgen sobre la bola del mundo, pisando a la serpiente y coronada por el Espíritu Santo. Le acompañan los clásicos angelotes, las azucenas símbolo de si misma, la palmera, la fuente y el espejo. Fue un encargo para la Iglesia de San Pascual de Aranjuez. Se encuentra en la sala 019.

10. El Descendimiento, Roger van der Weyden.

Museo del Prado

VAN DER WEYDEN, ROGER. El Descendimiento. Óleo sobre tabla. Circa 1443. 204,5 x 261,5 cm. Sala 058.

Fue realizado antes del 1443, y es un óleo sobre tabla de 204,5 x 261,5 cm. Se planteó para la capilla de Nuestra Señora Extramuros de Lovaina, fue comprado por María de Hungría en 1549, para pasar después en 1564 a propiedad de Felipe II, y desde 1566 hasta el 1939, cuando pasa al Museo del Prado, estuvo en el Monasterio del Escorial. Representa el momento del Descendimiento de la cruz por parte de tres hombres: Nicodemo, un criado que sostiene los clavos retirados, y José de Arimatea. En la escena vemos también a María Magdalena, la Virgen desmayada, San Juan Evangelista sosteniendo a esta última ayudado por María Salomé y, tras él, María Cleofás. Se encuentra en la sala 058.

11. Tríptico del jardín de las delicias, El Bosco.

Museo del Prado

EL BOSCO. El jardín de las delicias. Óleo y grisalla sobre tabla. 1490 – 1500. 220 x 389 cm.

Realizado entre 1490 y 1500, en grisalla y óleo sobre tabla de madera de roble de 220 x 389 cm. Trata el tema del destino de la humanidad, así como lo hizo en El carro de heno. Lo que está representado es el tercer día de la Creación del Mundo, con la aparición de Dios Padre, y el mundo en grisalla en el tríptico cerrado. Mientras que el panel izquierdo presenta a Adán y Eva en el Paraíso, el panel izquierdo muestra las torturas del Infierno. En el central, el mundo terrenal poseído por los pecados capitales, especialmente la lujuria. Una vez más, vemos una obra en la que el estudio iconográfico es extenso y sumamente interesante.

12. Las Tres Gracias, Rubens.

Museo del Prado

RUBENS. Las Tres Gracias. Óleo sobre tabla. 1630 – 1635. 220,5 x 182 cm. Sala 029.

Realizado entre 1630 y 1635, es un óleo sobre tabla de madera de roble de 220,5 x 182 cm. Evidentemente alude al mito grecorromano de las Gracias, hijas de Júpiter y Eurymone, y llamadas Aglae, Eufrosina y Talía: símbolo de la belleza, el amor, la sexualidad y la generosidad. Pertenece a la época final de Rubens, lo cual se aprecia con claridad en todo el conjunto, más aún si estudiáramos en comparativa las diferentes versiones del mismo tema que realiza el artista. Entra en la colección real en 1640, adquiriendo Felipe IV gran cantidad de obras del artista: lo curioso es que esta obra no figura en el registro de aquellas adquiridas en esta venta, pero aparece documentada en 1666 en el Alcázar de Madrid. Se encuentra en la sala 029.

13. Autorretrato, Alberto Durero.

Museo del Prado

DURERO, ALBERTO. Autorretrato. Óleo sobre tabla. 1498. 52 x 41 cm. Sala 055B.

Realizado en 1498, es un óleo sobre tabla de 52 x 41 cm. Durero aparece retratado como un gentiluomo, y se cubre las manos para elevar su estatus social, algo que llevaba tratando de hacerse desde el comienzo del Renacimiento italiano. En 1636 el Ayuntamiento de Nüremberg regaló la pieza a Carlos I de Inglaterra, vendida después a don Luis de Haro, quien se la regaló en 1654 a Felipe IV. Se encuentra en la sala 055B.

14. Judith en el banquete de Holofernes, Rembrandt.

Museo del Prado

REMBRANDT. Judith en el banquete de Holofernes. Óleo sobre lienzo. 1634. 143 x 154,7 cm. Sala 076.

Realizado en 1634, es un óleo sobre lienzo de 143 x 154,7 cm. Está incluido en el Rembrandt Research Project, el cual está ratificado por el reciente estudio del Museo del Prado (1986), después de que hubiese dudas sobre su autoría debido a la firma y colorido de la obra. Se consideraba, además, que era Artemisa yendo a beber las cenizas de Mausolo, pero al analizar mejor la composición y tipología de la obra encontramos como se reinterpreta como Judith. Es, además, una figura muy utilizada en la autoreivindicación de los holandeses ante España. Se encuentra en la sala 076.

15. Orestes y Pílades Grupo de San Ildefonso.

Museo del Prado

Orestes y Pílades. Grupo escultórico en mármol blanco de Carrara. 10 a.C. 161 x 106 cm. Sala 071.

Este grupo escultórico fue realizado hacia el 10 a.C. en mármol blanco de Carrara, de 161 x 106 cm. El nombre deriva del lugar donde se halló la obra en el siglo XVIII, y se utilizó como modelo para la decoración de palacios y jardines de toda Europa. Está documentado desde 1623, dibujado por Poussin en 1630 y publicado de nuevo en 1767 por Winckelmann. No es plenamente helenista, solo presenta el punto de vista frontal, y la ondulación de los cuerpos se presenta en forma de S, con un espacio triangular. En definitiva, pertenece al periodo tardohelenístico y romano, y ambos modelos proceden de siglos diferentes pero han sido asimilados a lo largo del tiempo. Recuerda a los Grupos de Pasíteles. Se encuentra en la sala 071.

 

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