William Blake: un visionario

William Blake (1757 – 1827) nació en Londres, en el seno de una familia de clase media que, según se cree a día de hoy, podía pertenecer a una secta religiosa denominada “Dissenters”. Estos ecos religiosos, así como la pertenencia de su madre a la Iglesia de Moravia, aparecerán en su obra de forma habitual, como influencias cruciales en el desarrollo de su personalidad artística. Se dice que el joven Blake, además, tenía visiones que registró años después de forma pormenorizada su biógrafo, Alexander Gilchrist. Bien, ya tenemos indicios claros de la proveniencia de sus inspiraciones metafísicas, pero ¿qué fue de la motivación artística?

Sus andanzas empezaron como las de otros muchos artistas de la época: copiando dibujos de antigüedades griegas, algo que además él valoraba por encima de la creación individual en aquella época. No tardó en ser alumno de la escuela de dibujo de Henry Pars, al tiempo que comenzaba también un acercamiento a la lírica, con las lecturas de Ben Jonson y Edmund Spenser. No fue hasta los catorce años cuando comenzó a trabajar también de la mano de James Basire, un famoso grabador de la Society of Antiquaries y de la Royal Society, estudiando allí, entre otras, las obras de Jacob Bryant y de Richard Gough. También realizó varios estudios de los grabados de la Abadía de Westminster durante sus estudios con Basire.

Permaneció con Basire hasta los veintiún años, momento en el que accedió como estudiante a la Royal Academy de Old Somerset House. Allí tuvo innumerables debates, e incluso peleas, al enfrentar sus particulares gustos a aquellos que estaban de moda. Pero durante estos años también ocurrió algo que propició muchas de las obras que podemos ver a día de hoy: asistió en primera fila al asalto de la prisión de Newgate, en la rebelión a favor de la insurrección de las colonias norteamericanas.

El año de 1782 fue crucial para William Blake, y es que conoció a dos de las personas que resultarían más importantes para su desarrollo vital: John Flaxman, su mecenas, y Catherine Boucher, su mujer. Se casaron, de hecho, ese mismo año, en la iglesia de St. Mary, en Battersea. Aprendió a su lado a leer, escribir y grabar, ayudando desde ese momento invariablemente en la producción artística de su marido. Cuentan los registros que, extrañamente en la vida de un artista, fue un matrimonio feliz y estable.

Si bien su carrera artística ya despuntaba, no publicó un poemario hasta 1783, mismo año en el que también fallece su padre y William y Robert, su hermano, deciden abrir una imprenta como negocio familiar. A raíz de este hecho, Blake tiene acceso a conocer a algunos de los principales intelecturales de la época: Richard Price, Johann Heinrich Füssli, Mary Wollstonecraft y Thomas Paine, entre otros. Compartía especialmente ciertos pensamientos con Wollstonecraft, sobre todo en lo respectivo al papel de la mujer: ambos consideraban que la institución del matrimonio poseía cosas que carecían de sentido, y condenaban el matrimonio sin amor y la negación de la autorrealización de la mujer. No fue hasta 1788 cuando comenzó a utilizar el aguafuerte como método de grabado habitual. Es aquí cuando comienza a realiza sus libros iluminados, que se llaman así por su similitud a los manuscritos iluminados medievales. Podemos ver esta técnica en: Canciones de inocencia y de experiencia, The Book of Thel, El matrimonio del cielo y el infierno y Jerusalén.

Con la cosecha de su leve éxito en vida, en 1800 se mudaron a Felpham, donde Blake ilustraría las obras de William Hayley, y escribiría Milton: a poem. Hablamos antes de las creencias de Blake sobre la igualdad entre hombres y mujeres, y cabe destacar también que condenó durante toda su vida la esclavitud, así como solicitó la igualdad de género y de raza, introduciendo la connotación de la humanidad universal sobre todo en sus poemas. Lógicamente, estos pensamientos (radicales para la época) le trajeron problemas: fue acusado por sedición y traición contra el rey poco después de mudarse a Felpham, aunque resultó absuelto posteriormente. De cualquier manera, una vez fue absuelto, cargó también en contra de la Iglesia, declarándose en numerosas ocasiones como de la religión druídica, y explicando en numerosas ocasiones que el Dios del Antiguo Testamento le resultaba aberrante, mientras que consideraba que Jesucristo y sus ideas del Nuevo Testamento parecían adecuadas y más positivas.

Falleció en 1827, y su tumba del cementerio de Bunhill Fields no fue marcada, aunque se levantó posteriormente un monumento para él y Catherine. La Ecclesia Gnostica Catholica lo identifica como santo.

 

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