Las mujeres artistas #estamosaquí: una acción de Yolanda Domínguez y María Gimeno.

Desde que se inauguró el Museo del Prado, ha sido solo una la exposición individual dedicada a una mujer. Por desgracia, es una cifra que se repite en otros museos como el MoMA, el Whitney, el Guggenheim, el MOCA de Los Ángeles o el LACMA, que solo dedican un 20% de sus exposiciones individuales a firmas femeninas.

La situación en las ferias y galerías tampoco es muy halagüeña. En ARCO 2017 y a la espera de las estimaciones de MAV para este año, tan solo el 25% de los artistas eran mujeres. Del total de los expuestos, un 5% eran españolas. ArtMadrid repite los mismos porcentajes de representación femenina que ARCO, con tan sólo un 26% de mujeres artistas. Una representación que es ínfima si tenemos en cuenta la calidad del arte femenino dentro de nuestras fronteras.

El mundo del arte, como tantos otros, presenta un marcado sesgo de género. El reconocimiento que otorga a las mujeres es irrisorio, pues el 60% de los estudiantes de bellas artes lo son, aunque siete de cada diez premios recaigan en manos masculinas. La situación a nivel nacional empeora aún más los pronósticos: de los quince primeros Premios Nacionales de Artes Plásticas, tan sólo tres fueron entregados a mujeres. Tres. Una cifra que parece un chiste de mal gusto.

Sin embargo, el 80% de las obras expuestas en museos que representan a mujeres lo hacen desnudas. Es por esto que muchas artistas se preguntan aquello de ‘¿tenemos que quitarnos la ropa para entrar a un museo?’ Dónde están nuestras mujeres artistas es una de las primeras preguntas que debemos plantearnos. Después, quizá, nos convendría repensar la etiqueta de ‘arte femenino’, pues como bien señala Concha Mayordomo, ‘ésta se utiliza de manera perversa, para situar la creación artística de las mujeres en un plano muy alejado al de las élites’.

Estos y otros motivos son los que han llevado a Yolanda Domínguez y María Gimeno a idear una acción que, por fin, pusiera el punto de mira sobre las mujeres artistas. La genialidad, unida con ese toque irónico que tan necesario es en estos tiempos, fueron las culpables de que sesenta mujeres pasearan por los pasillos de ARCO con un punto de geolocalización en la cabeza. Las redes sociales lo inundaron todo con el hashtag #estamosaquí, y los medios de comunicación se apresuraron a dar la noticia. Sin embargo, un día después y con el cuerpo ya sereno, la tristeza nos inunda al pensar que por desgracia, seguimos necesitando llamar la atención para que nos escuchen.

Y es que, queridos señores del arte, del todo es mío, de la cultura que deja a la mitad de la población de lado: sí, #estamosaquí. Y porque #estamosaquí sentimos este profundo cansancio. Cansancio porque nos sigáis tratando como musas y no como artistas. Cansancio por tener que sortear infinitos obstáculos en esta carrera de fondo que a veces nos tiene dando vueltas sobre nosotras mismas. Cansancio porque siempre se reproducen las mismas imágenes estereotipadas, porque nos dejáis fuera sistemáticamente, porque queremos ser, en el más amplio sentido de la palabra.

La falsa ética del mérito puede que incline a algunas personas a pensar que, si verdaderamente hay tan pocas mujeres, es porque todas las demás, las que no se nombran, no han obtenido los méritos suficientes. Siendo seis de cada diez estudiantes de arte mujeres, esto parece altamente improbable. Aunque solo fuera por pura estadística. Puro azar. Puras matemáticas. Y lo cierto es que si la Historia del Arte, las galerías, los museos, las ferias, los compradores, y el público nos ignoran, no es porque tengamos menos capacidades artísticas, porque seamos peores que los hombres (digámoslo claro), sino porque continúa siendo un mundo profundamente masculino que, una vez más, vuelve a dejar fuera a la mitad de la población. Y que una vez más, por desgracia, vuelve a perderse así la mitad del arte y la cultura.

Art Market Guest Bloggers.

 

Pilar Rincón (Segovia, 1992)

Doctoranda en Historia, Historia del Arte y Territorio. En el año 2015 investigó la Prisión Central de Mujeres de Segovia entre 1946 y 1956. Ha escrito algunos ensayos como: ‘El Primer Franquismo: fascismo o dictadura reaccionaria’ o ‘La cultura de la violación en el siglo XX’. Además fue premio Emiliano Barral de literatura en su edición de 2010.
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