El contenido del Palau Moxó a subasta en Isbilya

El Palau Moxó se vendió. La noticia fue oficial en junio de 2017, con las declaraciones de Inés Moxó. En estas mismas declaraciones también se refería a los muebles, diciendo que la finca se había vendido vacía y que los muebles se encontraban en la ciudad de Sevilla, muy lejos del último edificio barcelonés de la familia al que habían pertenecido. Se buscó una compra, dotando al Ayuntamiento de la ciudad de un derecho de compra preferente dada su importancia histórico – artística, para ser finalmente vendido a Eduardo Rallo, empresario mexicano que convertirá el icónico palacio en pisos de lujo.

Acorde a lo dicho por Inés Moxó, la colección cuenta con muebles, arte y objetos que se habían acumulado en los más de 2.800 metros cuadrados del palacio familiar durante unos 250 años. En la subasta de la sevillana casa Isbilya del día 25 de octubre saldrán a la luz y a la venta al mejor postor. No todos, no de golpe, si no en varias tandas: en esta ocasión, saldrán a subasta cien lotes entre los que podemos contar mesas, sillas, aparadores, alfombras, candelabros, espejos, lámparas, bargueños,… e, incluso, piezas de arte contemporáneo. Cuenta entre estos dos bargueños de madera ebonizada y carey del siglo XVIII, dos cuadros florales de Giuseppe Recco, una mesa mallorquina de nogal o una pintura de la Virgen de la Mercé del siglo XVIII.

Se destacan, por otro lado, grandes conjuntos. Al Salón Rocaberti pertenecía un comedor inglés del siglo XIX, mesa, catorce sillas, dos sillones, una trona, un trinchero y un aparador de dos cuerpos. Del Salón Montcortés saldrá un sofá y cinco sillones estilo Luis XV; de la sala de visitas un sofá y once sillones estilo Carlos IV del siglo XVIII, y una alfombra de lana estilo Savonneire; y de la biblioteca, un tresillo isabelino, cuatro sillones estilo regencia y una alfombra oriental.

En palabras de José Muñoz, el director de la casa, al periódico El País, “la dueña de la casa o los había vendido antes en Barcelona o se ha quedado las mejores piezas y aquí están los restos del siglo XIX y XX que ella no ha querido. Son una oportunidad, porque son muebles y objetos que tienen una procedencia importante, pero eso no cambia el valor de la mercancía y salen a unos precios razonables para que haya pujas y se puedan rematar a precios más altos”. Comentan, además, que el precio de tasación previo se ha respetado en la casa, y reclama atención sobre la particularidad de la sala: venden a todas partes de España y del mundo, gracias a su participación con el sistema live-bidding de Invaluable.

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