Helmut Newton, fotógrafo provocador

Helmut Newton, fotógrafo provocador

De origen judío, Helmut Newton nació en 1920 en Berlín. Desde pequeño fue una persona muy inquieta y curiosa que ojeaba las revistas pornográficas de su hermano, en las que se veían grandes desnudos femeninos, con tacones y medias negras. Con 12 años nuestro fotógrafo adquirió su primera cámara fotográfica, apostando por una Afga Tengor Box, con un carrete de 8 fotos de 6x9cm, que gastó realizando fotos del metro de Berlín.

 

Durante la adolescencia es el momento en el que entra como aprendiz en el taller de Yva (Elsie Simons), una fotógrafa famosa que se dedicaba a la moda, retratos de famosos y catálogos de lencería. Con ella aprendió a ser minucioso y detallista en las composiciones y las técnicas de revelado, positivado y de retoque de positivos. Su vida de aquel entonces en Berlín se vió truncada por la Noche de los Cristales rotos (1938), donde el padre de Helmut Newton fue llevado a un campo de concentración y la familia decidió que lo mejor era que se fuera de país. Con parada en China, llegó a Australia.

 

En 1946 se cambió el nombre, le pareció que su apellido no sonaba bien para su futuro así que lo cambio por Newton y montó un estudio de fotografía en un ático. Durante este periodo trabajó haciendo pequeños reportajes de boda, fotografiaba escaparates e hizo fotos para catálogos. Hasta que en 1956 consiguió un trabajo para el suplemento australiano del Vogue inglés, contrato que canceló para marcharse a París. Tras una mala racha buscando trabajo allí se volvió en 1959 a Australia. Pero pasados dos años, decidió volverse a París, ya que era donde él podía triunfar. Vogue Francia fue su casa, donde permaneció 23 años y su carrera despega, simultáneamente haciendo encargos también para el Vogue inglés y para la revista Queen. Helmut Newton ya tenía claro que tipo de fotografías quería hacer: sexys y llenas de glamour.

Fueron unos años muy intensos y de mucho trabajo en diversas revistas. Es cuando publicó su primer libro en 1976, White Woman. Si era posible prefería fotografiar al aire libre pero le gustaba utilizar sitios con historia; muchas veces fotografíaba en lugares que tienen mucho que ver con su infancia y sus recuerdos, por ejemplo en piscinas. Tenía una técnica muy específica: apostaba por la fotografía en blanco y negro, para centrarse en la composición y el encuadre y para dar una especia de sensibilidad extraña. Sus composiciones eran muy cuidadas y pensadas. Su producción se puede dividir en cuatro grandes epígrafes: fotografía de moda, publicidad, retratos y paisajes, siendo estos últimos los menos conocidos. Sus trabajos siempre han estado dominados por la elegancia, el erotismo y la sensualidad, pero con componentes misteriosos, irónicos o humorísticos. Por lo general, siempre fotografiaba modelos, vestidas o desnudas, con una actitud muchas veces misteriosa y dominante, es el prototipo de lo que llamamos femme fatal. Cuando introducía hombres en la escena estaban a merced de las presencias femeninas. Para la modelo buscaba un cierto tipo de mujer, modelos andróginas, es decir chicas con apariencia de hombre y en muchos casos vestidas como tales.

Finalmente, en 1981, Newton se muda a Montecarlo. Ciudad en la que trabajó hasta su muerte el 23 de enero de 2004 en Los Ángeles a causa de un ataque al corazón mientras conducía. A su larga y próspera carrera debemos añadir que en el año 1989 fue nombrado caballero de la orden de las Artes y las Letras y que un año después recibió el Gran Prix National de la Photographie francés.

 

“Mi trabajo como fotógrafo es seducir, divertir y entretener”, Helmut Newton.

 

 

Marina Criado.

Graduada en Historia del Arte por la Universidad de Salamanca y Máster en Estudios Avanzados de Museos y Gestión del Patrimonio Histórico-artístico por la Universidad Complutense de Madrid.

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